Theo Francos
EN LA MUERTE DE NUESTRO QUERIDO THEO FRANCOS
En verdad ¿ha muerto Theo Francos? ¿o más bien se ha ido de entre nosotros para estar con nosotros más cerca que nunca?
Hijo de emigrantes españoles en Bayona (Francia), dejó la escuela a los 12 años para ponerse a trabajar. Desde los 16 años se afilió a las juventudes comunistas y al comienzo de la guerra, con 22 años, se unió a la lucha contra los rebeldes fascistas integrado primero en las unidades del 5º Regimiento y más tarde en la XI Brigada Internacional, donde fue comisario de batallón. A pesar de la retirada de las BI en octubre de 1938, siguió combatiendo en el Ejército republicano y fue hecho prisionero al finalizar la guerra. Estuvo en Albatera y otros campos de concentración, terminando en el de Miranda de Ebro, de donde pudo salir en 1940. (En 1943 volvería a entrar en él al ser hecho prisionero de nuevo en España). Prosiguió su combate contra el fascismo en una unidad de paracaidistas, interviniendo en importantes acciones. En Holanda fue capturado y fusilado por los nazis, pero sobrevivió. Desde entonces llevaba una bala alojada junto al corazón. Murió el 1 de julio de 2012. Félix Población ha escrito el siguiente artículo de interés:
http://www.cronicapopular.es/2012/07/el-torax-de-theo-francos/
Theo vivió en Bayona casi toda su vida, salvo en los convulsos años de la guerra antifascista, esa que comenzó en España en 1936 y terminó en los campos de
Europa en 1945. Nosotros le veíamos con frecuencia por España. Amaba al país que fue de sus padres, emigrantes en Francia, y amaba a las gentes que supieron luchar por la libertad en tiempos difíciles. En España, además tenía la ocasión de reencontrarse con los que fueron sus compañeros de lucha en las Brigadas Internacionales; y de recibir el tributo y el cariño de los amigos que le apreciaban.
Hace unos años la escritora francesa escribió su vibrante biografía, “Un otoño para salvar Madrid” (publicada por la AABI), a través de la cual podemos descubrir la enorme energía desplegada por este pequeño gran hombre en su juventud y en su larga vida.
Pero desde hacía un tiempo Theo ya no podía salir de casa. A sus 98 años, y con una bala alojada entre su corazón y la aorta (bala incrustada en la
famosa, y calamitosa, operación del puente “lejano” de Arnhem, Holanda), ni siquiera pudo recibir la visita de nuestro compañero de la AABI, Paco Barberá. El año pasado Paco le propuso ir a recogerle a Bayona en coche para llevarle a Madrid; nadie mejor que él para inaugurar el monumento a las Brigadas Internacionales en aquella Ciudad Universitaria donde él y su batallón, el Comuna de París, habían dejado la piel en defensa de la libertad. No pudo ser.
Y así, de forma discreta se nos ha ido yendo nuestro querido Theo, un hombre que seguía siendo joven a sus años; un hombre que permanentemente exhalaba optimismo y ánimo de lucha. Y es en la medida que ese espíritu contagie nuestras vidas y actuaciones que Theo seguirá vivo entre nosotros. Él siempre seguirá marcando el camino de la rebeldía y la lucha contra la injusticia. Un ejemplo, ahora, más importante de seguir que nunca.
Un brigadista austriaco, Josef Luitpold, escribió para sus compañeros caídos un emotivo poema al que el húngaro Béla Reinitz puso música
LA DESPEDIDA
Si la bala me da,
si mi vida se va,
bajadme, callados
a la tierra.
Las palabras dejad,
es inútil hablar,
ningún héroe
es el caído.
De tiempos futuros
será forjador,
ansiaba la paz,
no la guerra.
Podéis escucharlo en su versión española, cantada por Francisco Curto: http://www.youtube.com/watch?v=hB2Yyylh6Og
o en su versión alemana, cantada por Ernst Buch: http://www.youtube.com/watch?v=KO4OlHINenc