Soplo de vida
Un soplo de vida que el olvido no ha destruido
¡No pasarán!
Este es un fragmento de la ponencia que Marisa G. Biosca presentó en la Jornadas por la Memoria Histórica de Benicassim de 2013. La ponencia completa aparecerá en la publicación del conjunto de esas Jornadas
Verdún es el nombre de la batalla más larga y más sangrienta de la Gran Guerra. Tuvo lugar al noreste de Francia en 1916, se prolongó durante diez meses y en ella perecieron más de medio millón de hombres. Junto a las batallas de Le Somme o Gallipoli, se convirtió en un grave ejemplo de los horrores de la guerra. La batalla de Verdún popularizó la frase “Ils ne passeront pas” (“No pasarán”), pronunciada por Robert Nivelle.Veinte años más tarde algunos oficiales y soldados que participaron en la Gran Guerra en distintos bandos contrincantes, como el capitán inglés Tom Wintringham por Inglaterra o Ludwig Renn por Alemania, se vieron de nuevo las caras en otro frente. Ahora luchaban codo a codo contra el fascismo. Sin embargo, no era un frente al uso: tierra de nadie entre trincheras de los contrincantes, era la capital de una ciudad europea poblada con casi un millón de almas, era Madrid.
Con apenas un puñado de militares profesionales como Miaja o Rojo, y habiéndose trasladado el gobierno de la República a Valencia, fueron los madrileños quienes con apenas medios tuvieron que parar los primeros ataques de los alzados. Hombres inexpertos, escaso armamento y exigua munición.
La rotura del frente y la infiltración del enemigo en este sector, pudieron ser decisivos. Las masas de milicianos inexpertos habrían abandonado el campo en plena desbandada, si aquel mismo día no hubiese hecho su aparición en Madrid una fuerza nueva, una tropa aguerrida con la que el enemigo no contaba: La Brigada Internacional. Fueron solo tres mil quinientos hombres. Antiguos soldados de la Gran Guerra muchos de ellos; en su mayoría comunistas alemanes de la columna Thaelman y anarquistas italianos del Batallón Garibaldi; aquellos tres mil quinientos veteranos que sabían luchar en campo abierto, fueron los que, en la Casa de Campo, el puente de los franceses y la ciudad universitaria, se pegaron heroicamente al terreno y salvaron Madrid. Los madrileños les habían visto cruzar horas antes por las calles, arracimados en unos camiones en los que a toda velocidad les habían traído de Albacete y de los acantonamientos próximos a Madrid, adonde habían ido concentrándose. Con el puño en alto y gritando “¡UHP! “ (Unión de Hermanos Proletarios), aquellos hombres venían de los cuatro puntos cardinales de Europa para hacer de los arrabales de Madrid la trinchera mundial de la revolución. (Chaves Nogales, 2011:75-76).
Madrid, escenario de la Resistencia
El trece de febrero de mil novecientos cuarenta y cinco, la ciudad alemana de Dresde sufrió el primer bombardeo de la aviación aliada; la RAF y la USAAF, ataque que se prolongaría durante dos días. Más de mil bombarderos arrojaron sobre la ciudad cuatro mil toneladas de bombas de todo tipo y tamaño. Nueve años atrás, las bombas incendiarias y explosivas habían sido probadas con éxito por parte de la aviación nazi y la fascista italiana en la capital madrileña.
El bombardeo aliado convirtió a la ciudad alemana en un horno crematorio. Desprotegida, sin defensa antiaérea y superpoblada de civiles que buscaban refugio en una ciudad alejada de los frentes de batalla. Unos treinta mil civiles murieron. Mujeres, niños, ancianos perecieron no solo bajo los escombros de sus refugios sino bajo el escombro del silencio. Durante bastantes años el bombardeo de Dresde quedó relegado al olvido convenientemente porque la Florencia del Elba carecía de valor estratégico. Si fue una represalia por los crímenes del nazismo, podría considerarse que fue un crimen de guerra, sin embargo el ostracismo que mantuvo esta tragedia alejada de los medios de comunicación durante más de dos décadas, no ha contribuido a saber cuál fue la verdadera causa que impulsó la masacre de Dresde por parte de la aviación aliada.
Madrid fue declarada objetivo militar por el general Franco tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936, esto significaba, según su punto de vista, que la ciudad era el frente de batalla. La incorporación de bombarderos a la aviación como arma de guerra, tuvo su puesta de largo durante la guerra civil española y Madrid fue la primera ciudad del mundo que fue bombardeada, día y noche por la aviación y la artillería. Miles de refugiados que habían huido de las zonas ocupadas por los alzados se abarrotaban en la capital. Sin tiempo para ser evacuadas a otras regiones más seguras, casi un millón de personas se convirtieron en un blanco fácil de esta barbarie:
There were also brochures of rebels’ bombardment on foreign embassies. The one with the title of “The Bombardment of the British Embassy in Madrid” had the message of following: the representative in Madrid of the British ambassador, Mr. Erwin G. Laus, has stated: ‘the night bombings without any military objective are the most monstrous crime which can be recorded by humankind’. (Sue’s Kim Blog for Seminar Facing Fascism: The Spanish Civil War. http://suekimforever.wordpress.com/)
El periódico australiano The Mail, publicó la noticia el 9 de enero de 1937:
Rebel Bombs On
British Embassy.
Madrid, Saturday
Three incendiary bombs crashed on the British Embassy yesterday, one tearing through .the large Union Jack painted -on the roof of the building. apt. Edmund Lance; Honorary military attache, an. Englishwoman, Mrs. Norris, and the chef of the Embassy were slightly injured. The police extinguished fires caused by the explosions. Capt Lance is one of the staff who stayed in Madrid when the Embassy was moved to Valencia.
The British Consulate was also hit by bombs, also other buildings within the “neutral zone”,’ which Gen. Franco had pledged himself not to attack. These rebel bombing raids and a vigorous resumption of the artillery bombardment were a prelude to another infantry battle on the north-west of Madrid. The defenders regard the situation as grave rather than desperate, as they have stemmed the rebel onslaught.
De la noticia se desprende que los únicos civiles que podían estar a salvo del asedio rebelde eran los que se encontraban en la zona de las embajadas, ubicada en el barrio de Salamanca, el resto de la ciudad y los civiles podían ser bombardeados a cualquier hora del día. El asedio sobre la capital madrileña comenzó el 1 de noviembre de 1936, hostigamiento que se prolongó durante tres años hasta el final de la guerra.
El derecho de la autodefensa es un derecho legítimo que todo ser humano tiene derecho a ejercer cuando éste es atacado, sin embargo a España se le negó ese derecho bajo el amparo del falso Tratado de No Intervención promovido por la Liga de Naciones. Mediante este tratado se prohibió la venta de armas al gobierno de la nación. Para agravar más la situación española, dos potencias europeas que habían refrendado este tratado, suministraron apoyo logístico-militar y armamentístico desde el inicio de la guerra hasta el final de la misma. La Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini fueron los dos grandes pilares que sostuvieron el avance fascista sobre la República Española hasta su derrota Así lo relata Pablo de Azcárate, embajador de España en Londres durante la guerra civil española:
Y el 22 del mismo mes el subsecretario de Estado alemán resumía así, en un memorándum, la situación en lo referente a la petición del nuevo y cuantioso material de guerra que el general Franco había dirigido al gobierno alemán a principios de octubre (se trataba de 50.000 fusiles, 1.500 ametralladoras ligeras, 500 ametralladoras pesadas y 100 cañones de 75 mm):
Queremos tratar de ayudar a Franco hasta su victoria final? Entonces, tendrá necesidad de una ayuda militar importante, superior, incluso, a la que ahora nos pide. ¿Se trata de mantener a Franco en igualdad de fuerzas con los rojos? En ese caso también será necesaria nuestra ayuda y el material que nos pide puede ser de utilidad. Si nuestra ayuda a Franco se va a limitar a la Legión Cóndor, no podrá pretender otra cosa más que un compromiso cualquiera con los rojos.
Así se presentaba la situación militar en España a los ojos del gobierno alemán, en el mes de octubre de 1938. ¿ Cómo fue posible que en los cuatro meses siguientes ese mismo ejército, que incluso para mantenerse en igualdad de fuerzas con el republicano necesitaba una sustancial ayuda germano-italiana, pudiera realizar una arrolladora ofensiva que le permitió ocupar toda Cataluña y obligar al ejército republicano, derrotado, exhausto y prácticamente inerme, a cruzar la frontera y buscar refugio en territorio francés? No sé cuál será la explicación del enigma en el terreno de la táctica y de la estrategia. En el de la política me parece clara y se reduce a estos dos factores. Por una parte, la actitud de humillante cobardía de Francia e Inglaterra ante la negativa de las autoridades franquistas a aceptar el plan de control y retirada de voluntarios aprobado por el Comité el 5 de julio; cobardía que se manifestó, como con tanta insistencia hemos dicho, no sólo en la oposición a dar por caduco el acuerdo de no intervención y restituir al gobierno español el derecho a adquirir libremente material de guerra, sino en la monstruosa injusticia de mantener cerrada la frontera francesa, lo que tuvo por resultado que el ejército republicano se encontrara, a las pocas semanas de combate, en la imposibilidad de ofrecer la menor resistencia al avance de las fuerzas enemigas por falta de municiones y por la imposibilidad de reemplazar el material. (Azcárate, 2012:258).
Las Brigadas Internacionales dan la cara por la República Española
En barco, en moto, en bici o a pie, cualquier medio de locomoción era válido para llegar a España, no sin antes cruzar a pie los Pirineos. Los primeros brigadistas eran atletas que iban a participar en la Olimpiada Popular de Barcelona, pero un día antes de su inauguración, los militares rebeldes dieron el golpe de estado conducente a la guerra civil. El golpe fue un fracaso porque la mayoría de la población española no se resignó a perder sus derechos adquiridos tras las elecciones del 1931 y más recientemente con el triunfo del gobierno del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936.
A instancias del Komintern se organizó el reclutamiento y logística de los brigadistas hacia España, los primeros rusos llegaron en octubre de 1936 y en su mayoría eran pilotos e instructores de vuelo y artillería. La intervención de las Brigadas Españolas fue aceptada por el gobierno español como fuerza de choque. Esto se traducía en la participación directa en el frente de batalla y en una gran movilidad; las consecuencias directas fueron un elevado número de bajas.
Desde la defensa de Madrid, el frente de Jarama, Córdoba, pasando por la ofensiva de Brunete, Guadalajara; Belchite, Teruel, el paso del Ebro; en todos los frentes estuvieron luchando las Brigadas Internacionales, un puñado de hombres que unidos por una causa común; la lucha contra el fascismo, sembraron la lucha por la Libertad más allá de la frontera español.