C. Alfonso
Homenaje en Francia a 23 miembros de la Resistencia, cinco de ellos brigadistas
El presidente François Hollande rindió homenaje,el pasado 21 de febrero, a 23 antifascistas fusilados 70 años atrás por los nazis en la fortaleza Mont-Valérien, al oeste de París. No fueron los únicos, ya que delante de sus muros fueron asesinados 1.007 resistentes entre enero de 1941 y junio de 1944. En ese mismo acto Hollande anunció que cuatro miembros de la Resistencia formarán parte del Panteón de Hombres Ilustres: “Dos mujeres y dos hombres que encarnaron los valores de Francia cuando estaba derribada y que se levantaron, cada uno a su manera, contra la colaboración, el abandono, la barbarie y el nazismo”.
Una manera digna de gestionar la historia, una práctica tan alejada de los usos y costumbres de la derecha filofascista, o tancredista, española.
Uno de los fusilados en febrero fue el salmantino Celestino Alfonso, que formaba parte del “grupo Manuchian”, como fue denominado por los captores nazis. Lo componían tres franceses, dos rumanos, cinco italianos, ocho polacos, dos armenios, dos húngaros y un español… De ellos, seis habían formado parte de las Brigadas Internacionales: los polacos Szlama Grzywacz, Stanislas Kubacki y Jonas Gedulfig, el húngaro József Boczov, la rumana Olga Bancic y el español Celestino Alfonso.
Missak Manouchian, un inmigrante armenio que adquirió una gran destreza en la lucha contra la ocupación alemana, era el jefe de este grupo integrado en las FTPF-MOI (Francs-tireurs et partisans – Main d’Oeuvre Immigrée). Entre el verano y el otoño de 1943 el grupo realizó casi un centenar de operaciones armadas y sabotajes en el centro de Francia y en la región parisiense. La policía de Vichy logró desmantelar parte del FTPF-MOI al detener en noviembre de ese año a 68 miembros, entre ellos a Joseph Epstein (jefe de otro comando) y a Manouchian y su grupo. Tras meses de torturas inhumanas y el juicio de un tribunal militar alemán, fueron ejecutados el 21 de febrero de 1944.
Celestino Alfonso Matos, nació en Ituero de Azaba (Salamanca) el 1 de mayo de 1916. Emigró a Francia en 1930 y trabajó como carpintero. Ingresó en las Juventudes Comunistas en 1934 y volvió a España al comienzo de la guerra para formar parte de la Centuria Comuna de París, creada a principios de septiembre y que se enfrentó a las columnas que avanzaban sobre Madrid. A mediados de octubre Celestino pasó a integrarse en la XII Brigada Internacional. En 1937 fue ascendido a teniente pero, al resultar herido en el brazo derecho, fue nombrado comisario político con el grado de capitán.
Tras la derrota, fue internado en el campo de Saint-Cyprien, del que logró escapar. En 1942 se unió a la Resistencia francesa con el nombre de guerra de “Pierrot”. Fue detenido y deportado a un campo de concentración en Alemania, pero volvió a evadirse seis meses después. A su regreso se puso al frente de la sección parisina del FTPF-MOI. Alfonso participó en la ejecución del general Von Schaumburg, que estaba al frente del Gran París, y del general de las SS Julius Ritter, jefe del Servicio del Trabajo Obligatorio (STO).
Antes de morir Alfonso dejó escrito: “Soy extranjero, pero creo que todo obrero consciente debe asumir, donde quiera que esté, la defensa de la clase obrera”. Y en la última carta a su mujer y su hijo escribió: “Voy a ser fusilado hoy, a las tres de la tarde. No reniego de mi pasado. Si volviera a empezar, sería una vez más el primero.Os pido que tengáis mucho ánimo, que mi hijo adquiera una buena educación. Entre toda la familia podéis hacerlo. Muero por Francia”.
En memoria de esos hombres, el poeta comunista Louis Aragon escribió en enero de 1955:
Eran veintitrés cuando los fusiles florecieron
Veintitrés que daban su corazón antes de tiempo
Veintitrés enamorados de vivir al morir
Veintitrés que gritaban a Francia al caer.