7ª marcha del Jarama. Nuestros brigadistas
La conmemoración del Jarama va creciendo. Cada vez más gente acude a rendir homenaje a los que lucharon por la libertad y defendieron la República. Algunos no pudieron asistir, como es el caso de Juan Miguel de Mora. Pero estuvo espiritualmente presente y acaba de enviarnos este mensaje:
Queridos amigos de la AABI:
Lo que estáis haciendo quedará en la historia y no me refiero sólo a la historia de España sino a la historia del mundo. La historia recogerá el caso extraordinario de un pueblo que, tras una lucha de heroísmo numantino, perdió una guerra en el campo de batalla y la ganó en el ánimo de la gente de bien en el mundo entero, no únicamente por su defensa de la razón y el derecho, que tantas veces han escupido, traicionado y pisoteado los gobernantes de lo que se llaman democracias (según el modelo de Atenas: democracia para unos pocos ciudadanos que son amos de miles de esclavos); sino por la dignidad, por la nobleza, que no tiene precedentes, de mantener vivo, año tras año, siglo tras siglo, el agradecimiento a los que sólo hicimos lo que correspondía a cualquier persona decente, moralmente decente, en aquel momento de la historia: defender a la República Española. Ya lo dijo Cecil Day-Lewis: “No fue engaño ni ingenuidad, gloria, venganza o dinero, vinimos porque nuestros ojo abiertos no veían otro camino”. Gracias, Severiano, gracias a la AABI, gracias a todos.
Juan Miguel de Mora.
Juan Miguel está decidido a volver a España el próximo noviembre, si su salud se lo permite, para participar en los actos de conmemoración de la Defensa de Madrid (en la que él participó a su manera, tenía 14 años) y dar una conferencia en la Facultad de Geografía e Historia.
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En esos días estuvo con nosotros, representando a ACER, Manuel Durán. Ya el primer día nos informó de que en Francia vivían no dos, sino tres brigadistas. A César Covo y Josef Almudéver tenemos que añadir el nombre de Antoine Piñol. Este catalán de 98 años emigró, siendo muy joven, a Francia.
Al estallar la guerra no se lo pensó: por su amor a la libertad y su ideal republicano se unió a un grupo de italianos que cruzaron la frontera y se enroló en el batallón Garibaldi. Luchó en la defensa de Madrid, en el Jarama, Guadalajara y en otras batallas. También en la del Ebro, en la que Antoine fue comandante de la compañía especial. Fue herido en cuatro ocasiones.
Al ser retiradas las Brigadas Internacionales (octubre de 1938) Antoine, como español que era, siguió combatiendo hasta febrero de 1939. Luego vinieron los campos de concentración en Francia, la lucha en la Resistencia, la Liberación y la concesión de la nacionalidad francesa.
El pasado 29 de septiembre de 2013 ACER y MER (Memoire de l’Espagne Republicaine) le hicieron un homenaje en Villeneuve sur Lot, la pequeña población de Aquitania en la que vive, situada a unos 60 km al noroeste de Montauban, la ciudad donde descansan los restos del Presidente Azaña.
Salud, Antoine!
Más información y vídeo del homenaje en 2013, y su viaje a España en 1996