Descansan en su tierra. Otra placa con nombres de brigadistas
En la comarca de Tierra Alta de Tarragona y a 7 km. del municipio de la Fatarella se encuentra Los Camposines y allí, en una pequeña elevación del terreno, el memorial que honra a tantos caídos de la batalla del Ebro, la última y más sangrienta antes de la derrota republicana en la guerra contra el fascismo.
El memorial de Camposines se mimetiza con la tierra de la colina y las ruinas de una ermita románica. En lo que había sido lugar de encuentro (había sido una venta en el cruce de caminos) y puesto de mando durante la batalla del Ebro, ahora descansan la memoria de 1.300 luchadores, recordados sus nombres en numerosas placas.
Con el entorno de las quebradas cubiertas de pinos, junto a pequeños viñedos, repartidos entre almendros, olivos y encinas, tuvo lugar el pasado día 17 de octubre la inauguración de una nueva placa con los nombres de cuarenta soldados caídos, entre ellos seis brigadistas: tres puertorriqueños, un danés, un neozelandés y un alemán.
El acto, muy bien organizado por la Generalitat, comenzó con la bienvenida del alcalde de La Fatarella, Francisco Blanch, seguida por la intervención de Miquel Puig, director general de Relaciones Institucionales del Govern, que insiste en el reconocimiento de los caídos y en la paz como marco para la resolución de los conflictos; luego leyó de forma resumida una carta del alcalde de Cabo Rojo, lugar de procedencia de los hermanos Carbonell.
Dani Caracola, del grupo Brigada Intergeneracional por la Recuperación de la Memoria Histórica, ofreció, acompañado de su guitarra, dos canciones que hacían la nostalgia más viva y los recuerdos más presentes.
El día nublado y el aire suave contribuían a mantener la emoción entre las 200 personas asistentes, muchos de ellos familiares con señales de luto en sus ropas. En todo momento un silencio respetuoso sólo interrumpido por el tremolar de la bandera tricolor. Se entrega un clavel a cada uno de los asistentes para dejar en esta última placa que tendrá su continuidad en posteriores ocasiones.
La AABI acompañó a José Alejandro y Teresita, autores de un libro sobre los voluntarios puertorriqueños, y a Margarita, todos ellos amigos y socios venidos desde la isla. Les dejamos con sus pensamientos junto al memorial con el fondo de las cumbres de Pandolls y Cavalls.