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La familia de Conny Andersson visita España
En la semana del 28 al 31 de marzo visitaron España (Madrid, Jarama, Zamora…) treinta herederos de Conny Andersson, uno de los 700 voluntarios suecos que vinieron a España ante la llamada de auxilio lanzada por el pueblo español. Enlace con su biografía
Es tremendamente emotivo ver cómo ahora, 79 años después, treinta familiares suyos vienen a conocer los sitios donde Conny dio lo mejor de su vida.Visitas como esta nos dicen que el legado de los Voluntarios de la Libertad sigue vivo y puede servir de guía en estos tiempos de dura ofensiva del capitalismo y del imperialismo, cuando tantos jóvenes se dejan tentar tanto por el nihilismo consumista como por el terrorista. Necesitamos el ejemplo de aquellos jóvenes de acero, pero llenos de humanidad, que demostraron que la solidaridad es la ternura de los pueblos. Pero también su coraza.
Un paseo por el Madrid de la guerra
El martes 29 de marzo la familia Andersson se paseó por nuestra ciudad acompañada por nuestra compañera Almudena Cros. Entre los lugares, visitaron la Ciudad Universitaria y conocieron el monumento que en ella se levantó a las Brigadas Internacionales. En la financiación de este monumento participó mucha gente con la compra de bonos de 5 euros, pero también recibimos unas importantes donaciones de los sindicatos suecos y de otras organizaciones de ese país.
Una visita al campo de batalla del Jarama
El miércoles 30 tocó conocer los lugares donde estuvo combatiendo Conny en febrero de 1937. La familia al completo fue recibida en el memorial de Charlie Donnelly del parque de Miralrío por representantes del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid: el concejal de Cultura, José Alfaro, y el coordinador municipal del Proyecto de Parque Histórico del Jarama, Manuel Castro.
Foto y reportaje fotográfico de Óscar Rodríguez
Tras resaltar la importancia de presencias como esta, el grupo fue llevado a los lugares donde lucharon los batallones de la XI BI. Los nietos y biznietos de Conny pudieron entender mejor las circunstancias y penalidades experimentadas por Conny. Todo ello fue complementado con la visita al Museo de la Batalla del Jarama, tras lo cual los 30 amigos suecos de todas las edades disfrutaron de la comida del Mesón El Cid.
Una pincelada de Paco tras el encuentro en el Jarama
Aunque la primavera ha llegado al calendario la nieve permanece en las calles y las pisadas resquebrajan su dureza; la luz es todavía tenue y las farolas de las calles siguen encendidas. Se han despertado pronto para coger el vuelo Estocolmo-Madrid, caminan en silencio y sólo el ritmo de sus pasos perturba la mañana. El día tardará en abrir y cuando lo haga será despacio. Estamos en un país de brumas.
Bitten, especialmente ella, enseña un rostro feliz en el frío de la mañana entre su bufanda y el gorro de lana. Ha conseguido reunir a los suyos para viajar a España y honrar a su padre, 80 años después de que viniera a defenderla. Llevan niños y mayores, hasta un total de 30, una chapa prendida en su ropa con dos fechas 1936-2016 sobre la bandera sueca y la de las Brigadas Internacionales, la primera de un sueño de libertad, la segunda de una libertad a medias que todavía hay que conquistar.
Se llamaba Conny Andersson y fue su determinación la que le hizo venir, no podía quedar en vano la muerte de su compañero Olle en la defensa de Madrid. La ciudad tenía que resistir y él también iba a defenderla desde la nobleza de sus 23 años. Después de ser herido dos veces, en el Jarama y Brunete, tuvo que regresar a Estocolmo; allí mantendría siempre su sueño y lo contaría a los suyos y a su hija con la misma determinación con que inició aquel viaje a comienzos del 37.
Dos días después los más pequeños corretean por los alrededores de la colina desde la que se divisa el frente del Jarama, la vitalidad de sus tempranos años se hace más clara entre el sol y el cielo que los acoge y la curiosidad por el lugar: olivos, esparto, flores nunca vistas agranda sus ojos. El resto fija sus miradas en los campos de enfrente, mientras siguen las explicaciones del combate.
En los ojos de Bettine reluce la admiración y el amor por su padre, en los de sus hijos por la de un abuelo que tuvo tan clara conciencia que le hizo sobreponer la muerte. Aquí está con los suyos. Uno de los nietos abraza a la abuela, otra de las más pequeñas le da un ramito silvestre, es el más tierno de esta nueva primavera.
La bandera de mi abuelo, artículo de Laura Rivera
Visita a Zamora
El jueves 31 de marzo la expedición al completo de los Andersson, junto con la sobrina del escultor Baltasar Lobo, Carmen, visitó la ciudad de Zamora. La razón para este viaje se encuentra en la estrecha relación que ambos, Conny Andersson y Baltasar Lobo, mantuvieron desde que se conocieron durante el exilio de éste último en Paris. En ese momento surgió un vínculo entre las dos familias que hace que Carmen se sienta como una hija más de Conny y que Britten se sienta una sobrina más de Baltasar Lobo, como a ellas les gusta decir.
La primera parada en Zamora ha sido en el Ayuntamiento de la ciudad donde el alcalde, Francisco Guarido, les ha dirigido unas afectuosas palabras de bienvenida en el Salón de Plenos; también ha glosado la figura de Baltasar Lobo y, por supuesto, la de Conny Andersson y la de todos los demás brigadistas internacionales.
A continuación el Teniente de Alcalde, Miguel Angel Viñas, y otros miembros de la corporación nos han acompañado hasta el Museo de Baltasar Lobo donde la familia ha podido admirar la obra de este escultor al que consideran parte de la misma.
Para terminar tan emotivo día hemos comido en el pueblo natal de Baltasar Lobo, Cerecinos de Campo, donde Britten ha podido recordar su primera visita a este pueblo castellano en 1957.