Frank Deegan, un voluntario de Liverpool

Este brigadista luchó con los republicanos antifascistas españoles entre mayo de 1937 y diciembre de 1938. No renunció nunca a sus ideales. Hace pocos días llegó a España su sobrina Marilyn Deegan para seguir los pasos de Frank en los escenarios en que estuvo. Nos ha dejado las copias de las memorias en las que narra su experiencia en España. Marilyn ha escrito este artículo para conocimiento de todos:

De vuelta a Gran Bretaña, la prensa decía que los voluntarios eran Rojos Engañados, escoria de la tierra, aventureros… [Para mí] cualquiera que por aventura se ofrece voluntario para ser soldado en una guerra real,- y especialmente en una feroz guerra civil-, tiene que ser un lunático. Pero nosotros no éramos mercenarios que recibieran grandes recompensas… Me ofrecí como voluntario porque detestaba el sistema inhumano del capitalismo y creía que la rica clase empresarial que  dominaba el mundo se había unido para ayudar directamente a Franco a fin de derrotar a un gobierno popular elegido democráticamente.

Frank Deegan, No hay otro camino, 1980.

 

Frank Deegan creció en Liverpool de padres irlandeses; era uno de diez hijos. Eran desesperadamente pobres, a pesar de que su padre trabajaba 80 ó 90 horas a la semana. A veces, Frank tenía que ir a la escuela sin zapatos. Dejó la escuela a la edad de 14 años y consiguió un trabajo vendiendo periódicos. Más tarde se convirtió en peón en los muelles de Liverpool, empleado por días y a menudo sin trabajo. Siendo tan pobre, y tan rodeado de pobreza, pronto se apasionó por hacer algo al respecto. A la edad de 21 años, en 1931, se hizo comunista. Y siguió siéndolo hasta su muerte.

La década de los años 30 fue una época terrible en Liverpool; el desempleo era masivo. Frank se volvió muy activo en el Movimiento Nacional de Trabajadores Desempleados y, a menudo, se enfrentó a la Unión Británica de Fascistas, sobre todo  cuando Oswald Mosley y William Joyce (más tarde conocido como Lord Haw Haw, el transmisor de la propaganda nazi en la Segunda Guerra Mundial) fueron a hablar a Liverpool. En más de una ocasión fue golpeado por los fascistas y expulsado de sus reuniones. En octubre de 1936, Frank participó en la gran Marcha contra el Hambre (duró tres semanas) que se hizo desde Liverpool a Londres para protestar por la inhumanidad de la Means Test.[1]

En mayo de 1937 dejó Liverpool para integrarse como voluntario a las Brigadas Internacionales de España. Viajó en autobús a Londres y luego a París con un billete de fin de semana sin pasaporte. Como recordaba en 1980, París era como algo sacado de una historia de espionaje: su punto de encuentro, un gran restaurante con fachada de ladrillo rojo cercano a la estación donde les habían dicho que preguntaran por ‘Rita’. No se les dio el nombre del restaurante, por lo que tuvieron que hacer un par de intentos antes encontrar el lugar correcto. Rita, una mujer inglesa con acento de clase media (que en realidad era la líder comunista británica Charlotte Haldane), registró su llegada, advirtiéndoles que evitaran las ollas de carne de París. Luego cogieron el tren nocturno a Perpiñán y desde allí pasaron una noche agotadora caminando por los Pirineos hasta Figueres.

Frank Deegan (en el centro, fila de atrás, con boina) junto a otros compañeros provenientes del área de Liverpool. Marçà, mayo de 1938

Frank se formó en Madrigueras y después de cinco semanas fue enviado a Brunete. Tras retirarse de Brunete, pasó un tiempo de descanso en Mondéjar, tiempo en que se le pidió que custodiara a los prisioneros en Morata. Posteriormente (hacia el 20 de agosto) marchó con el batallón Británico al frente de Aragón, resultando herido en la colina de Purburell, en el ataque a Quinto. Se recuperó de sus heridas en Benicassim y en Orihuela.

En enero de 1938 luchó en Teruel junto a canadienses y americanos y luego, en febrero, en Segura de los Baños. Fue nombrado sargento interino, pero luego -tras emborracharse y pelearse con otro compañero- fue rebajado. A finales de marzo de 1938, Frank, como el resto del batallón Británico, cayó en una emboscada en Calaceite. Más de 100 fueron apresados por una brigada italiana de Camisas Azules (entre ellos Frank Ryan y Bob Doyle). Pero Frank y otros diez brigadistas pudieron escapar, se separaron para no llamar la atención  y trataron de regresar al batallón. Frank deambuló por territorio enemigo durante 10 días tratando de llegar a las líneas republicanas, durmiendo en cobertizos, hambriento y sin suficienteagua para beber. Fue el único de los once que logró regresar, ayudado por campesinos republicanos. De los otros no se supo nada más.

Frank luchó en el Ebro, donde también fue camillero, lo que le pareció casi más aterrador que pelear en realidad. Pasó algunas semanas en la Colina 666 (en la sierra de Pandols), llamada así porque los informes de aquel momento decían que la guerra era el infierno en la tierra. En realidad, nadie podía disfrutar luchando en primera línea.

El 22 de septiembre, el batallón estaba siendo enviado recolocado en una línea de cobertura junto a la sierra de Cavalls cuando llegó la noticia de que Negrín había ordenado la retirada de las Brigadas Internacionales. La orden debería haber entrado en vigor ese día, pero el enemigo había roto las líneas y el mando ordenó aguantar hasta que llegaran los refuerzos españoles. Al día siguiente, Frank resultó gravemente herido por una granada y la Brigada sufrió grandes pérdidas, con muchos muertos o capturados. Frank pudo recuperarse de sus heridas en el hospital de Mataró y finalmente regresó a su hogar en Liverpool en diciembre de 1938.

Más tarde recibió una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores británico pidiéndole que pagara los costos de su repatriación, cosa que, al estar en paro, no pudo (aunque de hecho no quiso) hacer. No fue llamado a luchar en la Segunda Guerra Mundial: debido a su servicio en España, los voluntarios habían sido clasificados como “ciudadanos apátridas”.

En 1981 fue llevado a España por Granada Televisión para participar en la serie de seis capítulos que realizaron sobre la Guerra, estrenada en 1983. Todavía se le puede ver en este vídeo a partir del minuto 16. En octubre de 1988 tuvo el orgullo de ser invitado a un gran desfile conmemorativo en Barcelona con motivo de la inauguración del monumento a la Brigada Lincoln.

Hay algunos artículos sobre Frank en el sitio web, Irlanda y la Guerra Civil Española http://irelandscw.com/ibvol-Deegan2.htm

Las memorias que Frank escribió en 1980 sobre su vida como comunista, incluyendo su servicio en España, termina así:

“Mi experiencia en las luchas del movimiento obrero me ha demostrado que no puede haber progreso en ninguna parte sin que todos los militantes trabajen juntos, tanto socialistas como comunistas. No hay otro camino”.

[1]  Prueba de Medios. En 1931 el Gobierno decidió evaluar el  ingreso total de los hogares de los que reclamaban el subsidio de desempleo. Fue, entonces como en la memoria posterior, una de las instituciones más odiadas en la Gran Bretaña de entonces.