Homenaje a nuestro compañero Paco
El jueves 15 de diciembre nos agolpamos junto a la tumba en que descansa Paco en el cementerio de la Almudena. Estaban allí Maribel, su mujer, Miguel y Álvaro, sus hijos, sus hermanas, su sobrina… un montón de compañeros, y algunos alumnos, de Instituto, compañeros y amigos de otros círculos (deportivos, teatrales, literarios…) en que participaba. También estábamos nosotros, la gente de la AABI, con Almudena en cabeza, que tanto le apreciábamos, por su entrega, su honestidad, su alegría. Fue un homenaje cálido, protegidos por unas nubes que no se atrevieron, por respeto a Paco, a descargar sus depósitos de agua. Y allí le cantamos a Paco dos de sus canciones más queridas: el Jarama Valley y el Canto a la Libertad, de Labordeta.
Con la coordinación de Carlos Arrabal, su amigo desde los tiempos de estudiante, hablaron su sobrina Elena, sus compañeros de la AABI Seve y Almudena, sus compañeros de Instituto Ana y Raúl, sus compañeras de paseos Olga y Arce, así como un alumno de Paco de los tiempos de Vicálvaro.
Lo más importante del acto: dejar constancia de nuestro agradecimiento y crear una atmósfera de expansión de su legado. Si conseguimos asumir todos los elementos positivos que él asumió estaremos perpetuando su memoria, como la de los que él tanto apreciaba: los brigadistas. Como ejemplo, citamos las palabras que escribió y leyó en el homenaje a Bob Doyle tras su fallecimiento:
Fue hace más de cinco años en una mañana de febrero como esta y en este mismo lugar cuando conocimos a Bob. Habían pasado más de sesenta años de la muerte de sus compañeros brigadistas en estos cerros que fueron campo de la batalla del Jarama.
Recogiendo piedras de un lado y de otro formamos un pequeño montículo para que sirviera de recuerdo a los que allí cayeron. Mientras nos afanábamos en la recogida, Bob apoyado en su bastón, miraba fijamente las piedras que iban creciendo y el cielo limpio de nubes. Todos podíamos imaginar la hondura de sus pensamientos al recordar a sus compañeros y amigos muertos. No hacían falta palabras, nunca la luz y el aire fueron tan profundos.
En los últimos años Bob seguía creciendo en su deteriorado cuerpo y aunque sólo podía moverse en su silla de ruedas empujado por alguien, continuaba recordando a sus compañeros que lucharon por una España mejor e imaginando con su clara conciencia otro mundo más justo y solidario, los mismos ideales que le trajeron a estos cerros y que mantuvo vivos.
De nuevo y en el mismo lugar estamos otra vez juntos y tú con nosotros Bob. Estás aquí porque la conciencia vive más allá de la muerte, porque la justicia y la compasión marcharon a tu lado. No es sólo el sentimiento compartido de estos momentos el que nos une, es el invisible hilo del corazón atado a tu persona.
Que la conciencia es nuestro único tesoro ¿quién lo duda? Ha sido la tuya la que ha dado sentido a tu vida, la que te ha hecho ser único e irrepetible, la que te ha hecho crecer más allá de la muerte.
Que tu ejemplo no nos abandone. Gracias Bob.
Francisco Gómez. Hernández. Madrid, 21 de febrero de 2009
Fotos y vídeos de Oscar Rodríguez