Mayo 1938. Comienza a prepararse el Ejército del Ebro
Los nuevos centros de dirección de las BI
En abril se cerró la Base de las BI en Albacete y fue trasladada a Barcelona, a un edificio situado en el Paseo Maragall, 378 (numeración actual) de Horta. Al frente de la base siguió, al principio, el general ‘Gómez’ (Wilhelm Zaisser), con Maurice Lampe como comisario. En junio la dirección pasó al español Félix de los Santos. La base perdió casi todas las funciones que había tenido en Albacete y se convirtió en un órgano administrativo dependiente de la Subsecretaría del Ejército de Tierra; pero siguió controlando la formación de los nuevos integrantes de la BI así como la labor disciplinaria (y represiva) sobre los desertores que comenzaron a multiplicarse durante las Retiradas. Para ello se abrió un centro de Prevención, o prisión, en el castillo de Castelldefels, que se complementó con algunas otras dependencias -en esta misma localidad y en Horta- por las que pasaron casi 1.000 brigadistas.
El Comisariado de las BI –trasladado a Barcelona en febrero de 1938– se instaló en un edificio del pasaje Méndez Vigo, nº 5. Luigi Longo siguió al frente, junto con un pequeño equipo: los redactores de las revistas de las brigadas así como el personal técnico y de servicio; 15 personas en total.
Como consecuencia del traslado de las estructuras de dirección, la Sanidad Internacional decidió trasladar a Cataluña casi todos los hospitales, excepto el de Denia. Así se fueron montando nuevos hospitales en Mataró, Vic, S’Agaró, Moiá, Santa Coloma de Farners y otros de campaña como el de La Bisbal de Falset.
En abril el italiano Carlo Penchienati recibió la orden (de André Marty y Luigi Longo) de organizar la Brigada de Instrucción de Olot al objeto de reagrupar los numerosos elementos dispersos así como otros voluntarios que seguían llegando. En pueblos cercanos a Olot se instalaron campos de instrucción en los que se formaron seis batallones, uno por cada brigada. Actuó como comisario Henri Tanguy (el futuro héroe de la Liberación de Paris, junto con Pierre Georges, entre otros). El 1 de mayo de 1938 se celebró en Olot la fiesta por la constitución oficial de la Brigada de Instrucción y ese mismo día los batallones fueron trasladados a sus respectivas brigadas. En los meses siguientes se mantuvieron tres cuarteles de instrucción en la zona, entre los cuales el de Besalú (con el suizo Otto Brunner al frente) y el de La Vall de Bianya (a las órdenes del norteamericano Allan Johson).
Simultáneamente se abrieron otros centros de instrucción como los de Cambrils y Montblanc, donde se prepararon a los nuevos reemplazos, principalmente españoles pero también internacionales, como fue el caso de Michael O’Riordan (The Connolly Column) y George Wheeler (Devolvamos al pueblo su sonrisa), llegados en mayo de 1938.
Los trece puntos de Negrín
El 30 de abril fue publicado el documento que lleva este nombre al objeto de fijar las líneas del nuevo gobierno tras la crisis sufrida por la caída de Prieto. El Presidente Negrín trataba de establecer un programa moderado a fin atraer apoyos internacionales al objeto de finalizar la guerra mediante una paz negociada. Este programa fue rechazado por Franco, que se sentía próximo a ganar la guerra. Los gobiernos de Francia y Gran Bretaña prefirieron mantener la política de apaciguamiento (que culminó en los Acuerdos de Munich de septiembre de ese año). Este rechazo fue visto por Stalin como la certificación de la posición anti-republicana de ambos países, lo que reafirmó su idea de un probable triunfo de Franco, aunque ello no afectó a su actitud favorable a mantener los suministros a la República, como se verá en las visitas a la URSS hechas por el embajador Pascua en julio y por Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana, en noviembre. En el interior de la República, los 13 puntos contribuyeron a crear una nueva dinámica de lucha que se plasmaría en los heroicos combates del Ebro.
El proyecto de ofensiva al sur del Ebro
En su libro Soy del 5º Regimiento, Modesto escribe: “Con la llegada del enemigo al mar y la división en dos del territorio republicano, perdimos el enlace operativo en el frente… El enemigo prosiguió su acción en dirección Sur… Con la ya constituida Agrupación Autónoma del Ebro; nosotros defendíamos Cataluña desde donde finaliza el Segre hasta el mar, en todo el curso del río que nos daba su nombre, incluida, además, la costa hasta Sitges.
Nos pusimos a organizar la nueva gran unidad que me habían encomendado… [con unidades] agrupadas en dos Cuerpos de Ejército: el V y el XV, mandados por Enrique Líster y Manuel Tagüeña, respectivamente. Pasaron a integrar el V Cuerpo las divisiones 11, 45 y 46, y el XV, las divisiones 3, 35 y 42… El jefe de la 35 división (general Walter) cesó y encargué de aquel puesto a Pedro Mateo Merino, que venía mandando la 101 brigada.
Entramos en un intenso período de organización y reorganización de las unidades y Estados Mayores, de preparación de los combatientes para las nuevas luchas. La consigna “Ríos de sudor para evitar gotas de sangre” volvió a ser nuestro lema… Si todos estábamos entregados al aspecto organizativo y de preparación combativa, la preparación operativa no le iba a la zaga. Ya en una de las primeras reuniones celebradas con los Jefes de Cuerpo y de división… planteé la cuestión en los siguientes términos: “Hay que prepararse para pasar el río; mi Estado Mayor lo está haciendo ya; todos los Estados Mayores de vuestras unidades deben hacerla también. Sánchez Rodríguez está preparando un plan de temas a estudiar que será el armazón del estudio de los demás”.
Los preparativos de la 35 División Internacional
El 6 de mayo el general Walter, llamado a Moscú, fue relevado por Pedro Mateo Merino al frente de las 35 División. Esta pasó a integrarse en el XV CE mandado por Tagüeña. Su cuartel general estaba en el entorno de Falset y el puesto de mando se instaló en una masía de El Masroig.
La XI BI: bajo el mando de Otto Flater (alias del húngaro Ferenc Münnich) siguió compuesta por los batallones Edgar André, Thälmann, Hans Beimler y 12 de Febrero. Durante el mes de mayo mantuvieron la misión de controlar el frente del Ebro entre Flix y Mora. La preparación de las unidades se realizó en la zona de Vilella Baja.
La XIII BI: el asesor soviético Mijail Kharchenko recibió el mando de la Brigada. Sus batallones -Dabrowski, Palafox, Rakosi y Mickiewitz- mantuvieron el control del frente del Ebro, desde Mequinenza a Fayón.
La XV BI: tras la desaparición de Robert Merriman (tomado preso y fusilado en Corbera), el mando de la brigada recayó, desde mayo, en José Antonio Valledor, que se había distinguido por dirigir el batallón Cimadevilla en la defensa de Asturias. Los batallones que la componían seguían siendo el Británico, Lincoln, Español y Mackenzie-Papineau. Hasta mayo siguieron manteniendo la vigilancia de la línea del Ebro desde Mora hasta Ginestar.
A mediados de mes la 35 División fue desplazada a la comarca de Urgell (al este de Lleida) como reserva de apoyo a la ofensiva republicana sobre Balaguer, Serós y Tremp. Como la prevista ruptura del frente fracasó, la 35 División no tuvo que intervenir y se quedó dos semanas en los pueblos de aquella comarca. La XV se asentó en Tárrega donde murió, por accidente el norteamericano William M. Digges, que está enterrado en el cementerio.
A finales del mes las tres brigadas se acantonaron en tres zonas para acelerar su preparación de cara a la ofensiva: la XI en los alrededores de Falset, la XIII entre Pradell y la Torre de Fontaubella y la XV en el “Chabola valley”, la zona comprendida entre Marçà y la Torre de Fontaubella.
Los preparativos de la 45 DI
Hans Kahle siguió al frente de esta División, que quedó integrada en el V CE de Líster. Sus brigadas fueron la XII, la XIV y la 139. Esta última no era internacional, aunque su comandante, François Bernard, sí lo era, así como algunos de sus mandos.
La XII BI: Tras celebrar el 1º de Mayo, la Garibaldi ocupó el sector de la orilla izquierda del Ebro entre Ginestar y Rasquera. “Todo el sector es fortificado cada día más”… se escribe en la Cronología oficial de la XII BI. Y prosigue diciendo que ofrece víveres tanto a los obreros de fábrica de guerra como a los refugiados de la zona donde se acantona. Labor de confraternización.
La XIV BI: “La Brigada recibe la orden de marcha a la orilla izquierda del Ebro. Impedirá al enemigo su tentativa de atravesar el Ebro. Del 4 de abril hasta el 5 de julio guarda las posiciones del Ebro, trasladándose sucesivamente de Benifallet a Amposta y Tortosa”. Esto afirma la cronología oficial de esta brigada. Los batallones siguen nutriéndose con las incorporaciones de nuevos reclutas -muchos por debajo de los 18 años, la “quinta del biberón”- una parte de los cuales son el resultado de la campaña de las JSU para crear dos nuevas Divisiones.
La campaña de la 129 BI en tierras de Teruel
Ya se ha visto cómo, a finales de abril, esta brigada inició un combate desigual en un frente en el que luchaba en la juntura de dos Cuerpo de Ejército franquistas: el CE de Castilla (General Varela, al oeste) y el CE de Galicia (General Aranda, al este).
Tras perder Ejulve y Villarluengo, la 129 fue retirándose sucesivamente de la Cañada de Benatanduz (11 de mayo), Cantavieja (12 de mayo) y Fortanete (13 de mayo). Después continuó la campaña en condiciones aún más duras… La retirada se efectuaba entre los bosques de la Sierra de los Monegros. El frente era discontinuo y, a menudo, casi no existía. Las luchas para retener Mosqueruela se hicieron cruentas a partir del 14 de mayo hasta el 17, en que se perdió.
El batallón Dimitrov disputó ferozmente, en el flanco izquierdo, el vértice Monegro, situado al sur de Valdelinares, a donde el enemigo llegó el día 25 de mayo. Los ataques franquistas, apoyados por artillería y aviación, forzaron a los interbrigadistas a ceder la posición el día 30 de mayo. Sobre ese combate Andreu Castells (miembro de la brigada y futuro gran historiador de las BI) cita el testimonio de Josep Fuster: “Los encargados de una máquina, agotada la munición, la defienden cuerpo a cuerpo, con piedras”.
Internacionales prisioneros en campos de concentración
El campo de San Pedro de Cardeña, que había reunido en 1937 a miles de republicanos hechos prisioneros durante la ofensiva franquista del Norte, comenzó a albergar, desde principios de abril de 1938, a cerca de 700 internacionales, capturados la mayor parte en los combates de las Retiradas. La decisión de concentrarlos allí se debió, entre otros factores, a la voluntad de los mandos aliados -italiano y alemán- que pretendían obtener la liberación de sus propios prisioneros mediante el intercambio con los internacionales. La política más frecuente del mando franquista ante los internacionales capturados había sido el fusilamiento inmediato (ver Peter Kemp, Legionario en España), aunque hubo una excepción: la captura de 30 prisioneros británicos de la XV BI en la batalla del Jarama.
El trato en el campo de San Pedro era deshumanizado; a ello se unía la mala alimentación, la ropa inadecuada, los servicios sanitarios deficientes (que causaron muertes evitables) y la ausencia de camas. Uno de los brigadistas internados, Bob Doyle, describió años después, en sus Memorias, esas brutales condiciones carcelarias.
Comisión Histórica de la AABI