XVII MARCHA HOMENAJE A LA BATALLA DEL JARAMA

Este año las jornadas de conmemoración de aquella batalla clave en el desarrollo de la Guerra de España, estuvieron dedicadas a los voluntarios del Batallón Lincoln de la XV BI y se desarrollaron durante cuatro días, entre el 20 y el 23 de febrero.

Para la ocasión, vinieron expresamente desde Estados Unidos alrededor de cuarenta y cinco descendientes y amigos de los voluntarios norteamericanos. También contamos con un numeroso grupo de amigos llegados del Reino Unido, Irlanda, Canadá, Suiza e Italia, pertenecientes a nuestras asociaciones hermanas IBMT, FIBI, AICVAS.

El jueves 20 dimos comienzo a estas jornadas de memoria con la lectura dramatizada de una obra de teatro escrita por el brigadista estadounidense Charles Nusser. Es difícil describir la cantidad de emociones que vivimos durante aquella hora y media en el imponente salón de actos del Ateneo de Madrid. Una de ellas se debió al hecho de que era la primera vez que dicha obra se llevaba a un escenario. Hecho, además, que tuvo algo de milagroso, ya que el texto a punto estuvo de desaparecer en el incendio de la casa de uno de los descendientes de Nusser. Fue precisamente la nieta de Nusser, Kate Fogarty quien envió a la AABI el texto hace algo menos de un año. Y en estos meses la AABI ha logrado traducirlo, obtener el apoyo del Ministerio de Memoria Democrática y del Ateneo, e ilusionar a un grupo de ilustres de la escena, encabezado por Juan Pastor y Jeannine Mestre, que desinteresadamente se pusieron manos a la obra para que las palabras de Nusser relatando la epopeya de los Lincolns cobraran vida en las voces de cuatro magníficos actores, además de la propia Mestre.

Seguramente una de las personas que más emoción sintió fue la propia nieta de Nusser, Kate, a quien la actuación del elenco y las vibrantes canciones intepretadas por Nacho Vera y Javier Madruga, le hicieron recordar que para su abuelo la lucha antifascista en España fue lo más importante que hizo en su vida. Así lo aseguró durante un interesante coloquio que mantuvo con Almudena Cros, Presidenta de la AABI, tras la finalización de la lectura dramatizada.

Carlos Manrique, Javier Madruga y Luis Miguel Pareja en el Ateneo de Madrid (Foto: Len y Nancy Tsou)

Todo aquel que no tuviera ocasión de asistir, o que quiera volver a disfrutar de tan maravilloso trabajo, puede hacerlo con este video.

 

 

El viernes 21, el grupo se subió a un autobús para visitar otro de los lugares de memoria vinculados a los Lincolns: el pueblo albacetense de Madrigueras. Fue en esta localidad donde los voluntarios norteamericanos estuvieron acantonados durante su fase de formación y entrenamiento antes de entrar en combate. Dado el gran número de voluntarios que llegaban a la ciudad de Albacete, que creaba un problema de alojamiento y de intendencia, se decidió diseminarlos por los pueblos cercanos, como Mahora, Casas Ibáñez o Madrigueras, entre otros. Fue precisamente en Madrigueras donde acabaron los voluntarios de habla inglesa.
Y es allí donde hace un par de años se inauguró un fantástico memorial dedicado a este episodio de su historia local. La visita estuvo coordinada tanto con el alcalde de Madrigueras, Juan Carlos Talavera, quien recibió al grupo en el Ayuntamiento, como con Alfredo Alcahut, responsable del memorial y que guió al grupo por los lugares del pueblo más importantes para los brigadistas, como la Iglesia parroquial y, por supuesto, el propio memorial, que es el único de este tipo en toda la provincia, y donde se honra la memoria de las Brigadas Internacionales. Alfredo además explicó cómo trabaja con decenas de jóvenes de la zona para que entiendan este hecho histórico tan extraordinario como fueron las BI. Un ejemplo de memoria democrática llevado a la práctica con rigor y emoción.

El grupo delante del Memorial de Madrigueras (Foto: Len y Nancy Tsou)

La visita a Madrigueras terminó con una comida en un restaurante local antes de emprender la vuelta a Madrid, parando antes en Tarancón, ciudad con un significado muy importante para los interbrigadistas, con su aún en pie “Hospitalillo”, que da testimonio del papel jugado por Tarancón como base sanitaria; razón por la cual sufrió un ominoso y cruel bombardeo de la aviación fascista en febrero de 1937, precisamente durante el desarrollo de la Batalla del Jarama. Por Tarancón, además pasaron dos ilustres brigadistas norteamericanos: el Doctor Barsky y la enfermera afroamericana Salaria Kea.

Y con este bagaje llegamos al punto álgido de nuestras jornadas anuales: la visita al campo de batalla. El sábado 22 amaneció desapacible, con nubes bajas remontando los valles del Jarama y del Tajuña, cubriendo con sus brumas los tejados de Morata. El grupo los contemplaba desde la altura donde se sitúa el monumento a Charlie Donnelly, reunidos frente al humilde conjunto de piedras que recuerda a aquel joven poeta irlandés al que le arrebataron su vida, entre olivos sangrantes, las balas fascistas. Afortunadamente el día comenzó a abrirse, dejando que el sol alegrará la marcha de los varios centenares de personas que nos acompañaron en nuestro homenaje a los héroes del Jarama. Miguel Ángel García, miembro de TAJAR y experto en Historia, tuvo la amabilidad de hacernos de guía durante la marcha, cosa que lleva haciendo ya varios años, de manera excelente.

Volvían el rojo, el amarillo y el morado, junto con la estrella de tres puntas a lucir en decenas de banderas que salpicaban la larga columna de simpatizantes de las BI hasta la primera parada. Allí Miguel Ángel nos explicó la importancia del lugar donde nos encontrábamos. Fue en ese emplazamiento, frente al macizo del Pingarrón, donde los brigadistas del Lincoln tuvieron que llevar a cabo la orden recibida del mando republicano: detener el avance de moros y legionarios. Los combates fueron encarnizados pero el resultado es que aquel batallón formado por voluntarios, la mayor parte sin formación militar y mal armados, logró aniquilar a aquellas fuerzas militares de Franco, profesionales, experimentadas y mejor pertrechadas.
Tras la explicación histórica, los descendientes de brigadistas que nos acompañaron pronunciaron en voz alta el nombre de sus familiares, que habían luchado en esos mismos campos. Además tomaron la palabra Lin Rose Clark, de IBMT, que habló del libro que ha escrito su abuelo, el brigadista Robert Hilliard, Swift Blaze of Fire.
Después intervino Alex Paunov, nieto del brigadista búlgaro Ivan Paunov, que fuera primer Comandante del Batallón Dimitrov y que murió a causa de las heridas sufridas mientras dirigía el ataque de su Batallón contra las tropas franquistas el 17 de febrero de 1937 en la Batalla del Jarama, muy cerca del lugar donde habíamos comenzado la marcha.
También intervinieron Linda Geiser, hija de Carl Geiser, Comisario de la XV BI y Nancy Wallach, hija de Hy Wallach, brigadista norteamericano de origen judío polaco.

Empieza la marcha entre olivos (Foto: Len y Nancy Tsou)

La marcha continuó hasta situarnos cerca de la zona donde se establecieron finalmente las trincheras de los Lincolns, una vez terminada la batalla, estabilizado ya el frente. Allí Miguel Ángel nos explicó los sucesos del 27 de febrero, fecha señalada en el recuerdo de los brigadistas del Batallón Lincoln por haber sufrido una cantidad enorme de bajas al intentar llevar a cabo una orden de ataque casi suicida, dada la falta de preparación artillera o aérea que hubiera sido necesaria para tomar una posición tan bien defendida por el enemigo.
Era en este punto del recorrido donde teníamos previsto haber contado con la presencia de nuestro compañero José María Olivera, experto e investigador, que nos iba a desvelar el lugar donde los brigadistas norteamericanos erigieron su famoso monumento en 1937, antes de abandonar el frente, en recuerdo de sus camaradas caídos. José María, tras mucho trabajo de archivo y de campo, ha dado con él, pero un pequeño accidente doméstico le impidió acompañarnos este año. Esperamos que pronto nos pueda acompañar a tan importante lugar. Por lo pronto, tuvimos que contentarnos con colocar temporalmente una réplica del cartel que en su momento hiciera el brigadista norteamericano Mark Rauschwald, con su famoso lema “nuestra victoria será vuestra venganza”.

A nuestros camaradas caídos…(Foto: Len y Nancy Tsou)

Terminada la caminata, nos dirigimos a Rivas Vaciamadrid donde tuvo lugar una comida de confraternidad para recuperar fuerzas y comentar todo lo vivido.

El domingo 23 tuvimos nuestro último acto de estas jornadas de memoria: la visita al Cementerio de Fuencarral. Para muchos de los asistentes fue la primera vez que estaban en dicho cementerio, un lugar fuertemente vinculado a las Brigadas Internacionales, ya que fue allí donde el General Lukacs decidió que se enterraría a los voluntarios muertos en las sucesivas batallas de las cercanías de Madrid. Por ello, casi quinientos brigadistas (buena parte españoles) caídos en Casa de Campo, Ciudad Universitaria, Boadilla, Majadahonda, Jarama, Guadalajara o Brunete fueron inhumados con honores por sus compañeros, entre 1936 y 1937. Y allí estuvieron hasta que el ayuntamiento falangista de Fuencarral decidió en 1941 profanar y destruir dicho cementerio.
El grupo se reunió frente al monumento a los Voluntarios Soviéticos y frente a las placas que recuerdan a los brigadistas internacionales, guardando un minuto de silencio tras pronunciar los nombres de los nueve voluntarios venidos de Estados Unidos que figuran en el listado del Servicio Funerario de las Brigadas Internacionales.
La jornada concluyó visitando la parcela donde se sospecha que se encuentra la fosa común a la que fueron arrojados los restos de aquellos 451 brigadistas. Antes, en el monumento a los Voluntarios Soviéticos, Alex Paunov se emocionó al encontrar grabado el nombre de su abuelo en un lado del monumento, junto con los nombres de los soviéticos muertos durante nuestra guerra, (Ivan Paunov, aunque búlgaro de nacimiento, residía en la URSS desde 1925 y tenía nacionalidad soviética).

El grupo en el Cementerio de Fuencarral (Foto: Len y Nancy Tsou)

Y así concluyeron unos días inolvidables; nuestros amigos del extranjero regresaron a sus hogares con el recuerdo vivo de los brigadistas internacionales y su lucha en el Valle del Jarama, un recuerdo necesario para poder enfrentar las amenazas que el neofascismo internacional y el capitalismo belicista nos regalan a diario. Se volvieron sabiendo que España no olvida a sus Voluntarios Internacionales de la Libertad.

 

Familiares del brigadista Daniel Fitzgerald, que luchó con el Batallón Abraham Lincoln en Jarama, Brunete, Belchite y Teruel, manteniendo vivo su recuerdo por las calles de Madrid.

 

 

Más fotografías en los siguientes enlaces:

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