Adelina

Falleció Adelina Kondratieva, voluntaria internacionalista

El viernes 14 de diciembre, a las 5:30 horas, falleció en Moscú Adelina Kondratieva. Tenía 95 años esta luchadora por la libertad que supo mantener en Rusia y en España  la memoria de aquel gran combate contra el fascismo en el que ella participó a su joven edad de 19 años.

Había nacido en Buenos Aires en 1917. Su padre, Benjamín Abramson, había emigrado a Argentina escapando de la represión zarista que en 1910 lo había condenado a muerte. La familia pudo regresar a Rusia en 1932 para colaborar en la tarea de construcción del socialismo. Adelina tenía 14 años y se encontró con algunas dificultades. Al solicitar su ingreso en la Unión de Juventudes Comunistas, le fue denegado el ingreso por ser “hija de un trotskista con el agravante de haber nacido en Buenos Aires”. No se amilanó. A la tercera la admitieron.

Tres años más tarde padre e hija viajaron a España donde ya se encontraba su hermana Paulina ayudando al pueblo español a combatir a los facciosos. Actuó de intérprete en la Fuerza Aérea de la República, donde había un número importante de aviadores rusos. En el campo de aviación de Los Llanos, en Albacete, conoció a muchos aviadores; entre ellos a  los pilotos Yakushin y Sierov, los primeros en abatir sendos aviones Junker en vuelo nocturno o al asesor de aviación Smushkevich, el “general Douglas”.

Adelina iba con alguna frecuencia a Albacete y allí departió con muchos componentes de las Brigadas Internacionales. Le marcó mucho el bombardeo de la capital el 19 de febrero de 1937: “Fue algo macabro. Durante casi toda la noche el cielo de Albacete permaneció resplandeciente por las explosiones de las bombas y el ruido era estremecedor. Las acciones se repetían tras un breve intervalo de tiempo y uno tenía la impresión que aquella era una noche interminable. Al día siguiente fuimos a la ciudad y los estragos del bombardeo dejaron heridas las calles y plazas, especialmente las pérdidas fueron más intensas entre el Altozano y la estación de ferrocarril”.

En 1938 regresó a Moscú donde, tras pasar por la Universidad Obrera, se doctoró en Historia. En 1941, durante la invasión de la URSS por el ejército nazi, fue intérprete de los prisioneros italianos en el frente ruso, criticando el mal trato que se les daba. Al finalizar la guerra trabajó en el Instituto Militar de Idiomas y se casó con Alexander Kondratiev. Fueron años duros, “de zozobra, incertidumbre y miedo”, como ella escribió, ya que la represión estalinista se volcó sobre su padre y sobre otros combatientes en  la guerra  de España. Adelina lamentó después “no haber abierto antes los ojos”.

 Desde los años 90 Adelina viajó con frecuencia a España. Como Presidenta de la sección española del Comité Soviético de Veteranos de Guerra, hizo un trabajo inapreciable -junto con el general Lavski- en el  impulso a la recuperación de la memoria de los voluntarios internacionales que participaron en la lucha contra el fascismo.

Hasta siempre Adelina. Mantendremos tu espíritu solidario