Febrero 1938. Termina la batalla de Teruel
Paralizado el ataque directo a Teruel por la defensa numantina de las unidades republicanas, el mando franquista decidió lanzar una maniobra envolvente a unos 50 km al norte de la ciudad de Teruel: fue la llamada batalla del Alfambra. Comenzó el 5 de febrero; los atacantes lograron abrir brecha en las defensas republicanas y. tras rebasar las sierras Palomera y de Lidón, cruzaron el río Alfambra a la altura de Perales de Alfambra. Desde allí giraron a su derecha para intentar entrar en Teruel por el norte de la ciudad en una acción combinada con el ataque desde La Muela.
Poco antes de esta ofensiva, la 35 División Internacional había sido relevada en sus posiciones por la 46 División. La XV BI había sido llevada a reponerse al Puerto de Escandón, mientras que la XI fue llevada a una comarca al este de Cuenca entre Belmonte y Villamayor de Santiago. Parecía que iban a ganarse un merecido descanso tras las turbulentas y sangrientas semanas transcurridas en el “puesto de honor”. Pero el día 6, tras la ruptura del frente por la Sierra Palomera, recibieron un telegrama: “Regreso inmediato a Teruel”.
El mando republicano proyectó entonces dos operaciones para intentar desarticular este ataque: la primera desde el norte de la zona del Alfambra y la segunda en Extremadura. Todo ello con el fin de obligar al mando franquista a debilitar su fuerza de ataque sobre Teruel.
El ataque de la XI y la XV BI en Segura de los Baños
La primera operación, en la que tomarían parte varias brigadas republicanas, debía atacar el flanco norte de las líneas franquistas en dirección a Vivel del Río Martín y Portalrrubio. La misión de la XV BI era atacar sobre el frente fortificado de la Atalaya y la Sierra Pedregosa a fin de caer por la espalda sobre Vivel del Río Martín. El batallón Thälmann también debía infiltrarse en territorio enemigo para facilitar la acción de la 34 BM. La acción de la XV BI se inició el 15 de febrero. El batallón Mackenzie-Papineau ocupó el monte Atalaya y aledaños; el Lincoln la Sierra Pedregosa, mientras que el British y el Spanish se dirigieron hacia el cruce de comunicaciones de Vivel del Río Martín. Fueron combates muy duros pero no resolutivos, ya que las demás unidades republicanas no consiguieron sus metas. El 19, y tras sensibles pérdidas, la XV BI fue relevada por los batallones de la XI BI. Los interbrigadistas fueron llevados de nuevo al Puerto de Escandón donde, tres días después, el día 22 de febrero, recibieron la noticia de la pérdida de Teruel.
Un miembro del Mack-Pap en Segura de los Baños
La 45 División en Extremadura
Mientras esto ocurría en el frente de Aragón, la 45 División Internacional, mandada por Hans Kahle, emprendía otra acción en el frente extremeño. Las dos brigadas (XII y XIII BI) habían pasado casi cuatro meses en la comarca de La Litera reorganizándose y contribuyendo al reforzamiento del frente de Huesca. A finales de enero fueron requeridas a trasladarse a la zona situada entre Alcañiz, Andorra y Calanda y, a principios de febreros, fueron trasladadas en tren y camiones hasta Chillón, al oeste de Almadén, a donde llegarán el 8 de febrero. Poco después, el 10, se ordena a la XII BI a situarse en Campanario y a la XIII en Belalcázar. Poco antes el frente del sur de Extremadura había sufrido un ataque franquista que hizo perder posiciones defensivas importantes. Se trataba, con este ataque republicano, de reconstituir el frente e incluso, si las cosas iban bien, avanzar en dirección a la carretera de Sevilla a Mérida, a fin de romper la ruta de aprovisionamiento extremeña. El otro objetivo de la operación era aliviar el frente de Teruel. Para eso se contaba con dos grupos de fuerza: el grupo A, compuesto por la XIII BI más tres batallones españoles, y el grupo B, con la XII brigada más dos batallones españoles. Iban a contar también con un escuadrón de caballería y algunos carros de combate.
Acercamiento de las brigadas XII y XIII a sus lugares de partida y dirección prevista de sus respectivos ataques sobre Campillo de Llerena
La primera parte del plan consistía en avanzar Campillo de Llerena. Para ello el grupo A avanzaría desde Peraleda de Zaucejo, tomaría las sierras Quemada y de Acebuche y desde allí llegaría a Campillo de Llerena. El grupo B saldría desde Zalamea, tomaría la sierra de los Argallanes y bajaría a Campillo de Llerena desde el norte.
En la noche del 15 al 16 de febrero, comenzó el movimiento. Las posiciones franquistas de las respectivas sierras fueron sorprendidas y reducidas con granadas. Los internacionales tomaron a las cimas y, al amanecer, debían avanzar hacia Campillo bajo la protección de la artillería republicana. Pero esta tiró poco y mal e incluso golpeó a las fuerzas del grupo B, al tiempo que la artillería franquista bombardeaba sus posiciones. Pronto comenzó la carga de la caballería mora y se produjeron momentos de pánico. Los garibaldinos contraatacaron, pero en la acción sufrieron graves pérdidas. La artillería franquista concentró su tiro en el 4º Batallón, que flaqueó y, con cierto desorden, se produjo una nueva retirada, volviendo los garibaldinos a su línea de partida inicial. El comandante de la XII BI, Arturo Zanoni, reprochará a sus hombres el no haber conservado las posiciones ganadas y recular a la desbandada. Los garibaldinos se quejaron de Zanoni por haber estado lejos de las primeras líneas y no mandar con eficacia. También se se quejaron de que la artillería republicana no les había apoyado, entre otras cosas por las órdenes recibidas de economizar munición.
Miembros de la Compañía Botwin en Extremadura
Cuando los garibaldinos retrocedieron, dejaron al descubierto a la brigada Dabrowski que, ya en la tarde, será asaltada por tres flancos y sufrió serias pérdidas. Los batallones Palafox y Mickiewicz se libraron con gran esfuerzo. Una compañía rodeada fue destruida. Murieron, entre otros, el jefe del Palafox, Tkaczow, y el primer el jefe de la compañía judía Botwin, Karol Gutman. Los dombrowskianos se defendieron en Sierra Quemada hasta el 17 de febrero, pero tuvieronque abandonarla por la fuerte presión enemiga.
El Informe de Hans Kahle de 18 de febrero afirmaba que la operación había sido preparada con precipitación por el mando del frente de Extremadura y que el mando internacional no había recibido información suficiente sobre el terreno en que operar y sobre los recursos del enemigo. Al final las pérdidas fueron entre 600 y 650, de las cuales 400 heridos y el resto muertos o desaparecidos. La operación no logró obtener los fines perseguidos: ni el táctico (avanzar hacia el sur) ni el estratégico (detener el ataque a Teruel). Las fuerzas se mantuvieron en el frente extremeño hasta principios de marzo, momento en que serán trasladados de nuevo hacia Aragón para ser empleadas contra la ofensiva general franquista lanzada el día 9.
La XIV BI
Mientras tanto, proseguía su labor de defensa y de reorganización en el frente de El Escorial, en unas actividades que le permitirán prepararse para el reto que enfrentarán en la segunda quincena de marzo, en Caspe.
Nace una nueva brigada internacional: la 129
La 45 División Internacional se trasladó a principios de febrero a tierras de Córdoba y Extremadura. Mientras la XII y XIII BI se preparaban para intervenir en la operación sobre Campillo de Llerena, los dos batallones de la Agrupación de Reserva (Dimitrov y Djakovic) permanecieron en Chillón. Allí se les unió el nuevo batallón Masaryk, recién constituido en Fuentealbilla (Albacete). El día 11 de febrero nació como nueva brigada a la que pronto se dio la numeración de 129. Bajo el mando del voluntario polaco Wacek Komar, la brigada se mantuvo en segunda línea de reserva en el sector de Castuera bajo el mando del Ejército de Extremadura (jefe Ricardo Burillo). Aunque inicialmente formaba parte de la nueva 45 División Internacional, lo cierto es que, al producirse la ofensiva franquista de Aragón a principios de marzo, la 129 fue integrada en la ‘División Extremadura’ bajo el mando de Aldo Morandi (nombre real Riccardo Formica) y desplazada al sector de Morella.
Comisión Histórica de la AABI