IX Marcha de Brunete
Foto de Óscar Rodríguez
Con los calores anunciados, que fueron realidad, hicimos la marcha, liviana a pesar de todo gracias al espíritu que nos animaba. Comenzó a las 9:20, una hora buena en la que todavía apenas se sentía el calor.
Guillermo Pozas nos ilustró la primera parada sobre unas trincheras situadas justo en el ángulo del río Guadarrama y de la carretera de Boadilla a Brunete. Buen comienzo para afrontar las siguientes etapas.
Posteriormente, bajo un inmenso pino situado en la Huerta de Romanillos (un interesante experimento agronómico, abandonado, del siglo XVIII) Ernesto Viñas comenzó a dar las explicaciones de los avatares de la batalla en este grandioso escenario. Grandioso porque se mantiene milagrosamente intacto el ecosistema de bosque mediterráneo dentro del Parque del Curso Medio del Guadarrama, cosa que no sucede en buena parte de este Parque Regional destrozado por la voracidad constructora.
Pronto pudimos ubicarnos en una posición con trinchera circular sobre la que todavía caben dudas si corresponde a una construcción de la batalla de Brunete o a los meses de la batalla de la carretera de La Coruña (finales de 1936). Desde allí ya se tenía una buena vista tanto del arroyo Calabozo como del Castillo de Villafranca.
Remontamos la cuesta hasta toparnos con el acueducto, obra posible del siglo XVIII que llevaría el agua del Calabozo y de alguna otra fuente hasta la gran huerta antedicha. En ese rincón, el más fresco de la marcha y del cual nadie quería salir, se planteó un pequeño debate sobre diversos aspectos de la ofensiva de Brunete que enriqueció su comprensión y ayudó a reemprender la subida.
Ya en el último repecho los calores comenzaban a apretar. Pero pronto el itinerario daba un giro de 45º y se orientaba en diagonal hacia la ribera del Guadarrama. El camino ofreció entonces las mejores vistas de la caminata: la confluencia de los ríos Aulencia y Guadarrama, el castillo, la sierra grandiosa al fondo, la dehesa de El Palancar a la izquierda, y todo ello en el corazón del bosque de encinas que descendía suavemente por el camino del Huerto hacia la ribera. Al final, parada junto a una casa rural destruida que, durante la batalla, fue conocida como la Casa Roja, probablemente uno de los puestos de mando de algún batallón.
El último tramo de esta marcha fueron los 3 kilómetros, paralelos al río, que nos separaban del final. En el trayecto pudimos ver dos ejemplares de alcornoques centenarios y pasar por la espléndida fronda situada al oeste del Huerto de Romanillos.
Llegamos a El Vado, a las 12:10 veinte minutos de lo previsto. Fue un paseo de tres horas bien trabajado pero emotivo. Al final nos esperaba un refrigerio a la sombra de los chopos y con el frescor del Guadarrama. Los compañeros socialistas de Vicálvaro nos regalaron una espléndida limonada (vino, refresco de limón y hielo) que recompuso nuestro sistema hídrico y emocional.
Después de reequilibrar nuestros déficits, hicimos un pequeño acto agradeciendo a todos su participación y en especial a los compañeros que había venido de fuera de Madrid, e incluso de Estados Unidos (Laura Kasinov, nieta de un voluntario norteamericano que quería conocer mejor los pasos de su abuelo en España). También, claro, a los compañeros de Brunete en la Memoria, que tanto está haciendo por el rescate de este heroico combate de la República.
Patricio Azcárate, un joven combatiente al final de la guerra, nos dedicó un emotivo y elocuente parlamento sobre el significado de aquella primera batalla contra el fascismo y sobre la necesidad de no olvidar sus enseñanzas.
Juan Julián Elola nos animó a proseguir la lucha en pro de la apertura de la Plaza de las Brigadas Internacionales en Vicálvaro, una lucha que los socialistas de aquel barrio comenzaron en 2006 y que prevemos pueda verse rematada pronto.
Y, finalmente, nuestro compañero Eddie O’Neill, de FIBI, hizo entrega de sendos certificados a Svens Tuytens, de Brunete en la Memoria, Elisa Retana, nieta de brigadista y miembro de FIBI, y Almudena Cros, presidenta de la AABI, reconociendo el trabajo que están haciendo por conservar la memoria de aquella lucha.
Previamente, el viernes 26, había tenido lugar, en la librería Traficantes de Sueños, la presentación del 4º volumen de Lugares de las BI en Madrid, dedicado a la batalla de Brunete.
Albumes fotográficos de Óscar Rodríguez y de Bern Kolter