HOMENAJE A DANIEL SERRANO, DEFENSOR DE LA REPÚBLICA Y COMUNISTA

Ayer, 22 de septiembre, falleció a los 104 años Daniel Serrano, un luchador comunista que defendió la República durante nuestra guerra como voluntario, sufrió la represión de la dictadura y tuvo que exiliarse a Francia. Allí, en Bobigny, cerca de Paris, prosiguió su combate por la libertad y la justicia junto con su hija Rose -Marie. Y, junto con ella, se lanzó a escribir sus memorias, que generosamente nos ofrecieron para publicarlas en este sitio web. Podéis descargarlas en este enlace. Leerlas, y difundirlas, será un placer y un tiempo ganado para crear un futuro más humano y más justo.

Publicamos ahora la semblanza que Rose-Marie escribió hace 10 años, en 2014.

Daniel Serrano Recio, sargento de la II República Española

https://www.ecorepublicano.es/2014/01/daniel-serrano-recio-sargento-de-la-ii.html

Festejaremos hoy con un amigo comunista francés el cumpleaños del español Daniel Serrano Recio, comunista, 94 años este 3 de enero de 2014. Después de haber leído la simpática y emocionante crónica de Jean Ortiz sobre Virgilio Peña, comunista español de cien años ayer, también debo hacer la de mi padre, si no ¿quién la hará?

Mi padre, nacido en 1920, luchó a los diez y siete años por la República española, entre otros frentes en los de Teruel, de Brunete, de Peñarroya y, al ser vencida la República, siendo el hermano menor del alcalde socialista de la Torre de Esteban Hambrán (Toledo), fusilado en 1941 en Madrid, en el cementerio de la Almudena con varios paisanos que habían defendido el régimen legal, estuvo tres años en las cárceles de Madrid (Porlier y Yeserías) y Segovia.

En la cárcel, mi padre siguió desesperadamente los acontecimientos de la Europa en guerra y cada día él y los demás republicanos presos de Franco esperaban en vano la llegada de «los suyos» para liberarlos. Pero los españoles siguieron en las cárceles. Salidos de los calabozos, cuando salían, les esperaba la marginación y el trabajo como acémilas.

Mi padre, quien salió de la cárcel de Segovia sin porvenir a los 22 años, partió al destierro forzado a Valencia, donde esperaba tener trabajo. Pero era no contar con que en 1942 Franco reembolsaba a Hitler su ayuda material. Las naranjas eran enviadas gratis a Alemania, los obreros agrícolas estaban en paro. Daniel militó clandestinamente con el nombre de Rómulo.

Después, colmo de la mala suerte, se produjo la inundación de Valencia de 1949 y la vuelta forzada a Toledo. Allí, la dictadura, la vigilancia constante y el trabajo en los campos, como en 1936, pero sin el hermano mayor fusilado, ni el padre ya entrado en años, solo.

La esperanza de Francia, en 1963, un contrato de trabajo, la anulación de los antecedentes penales obtenida para el pasaporte, París. París y la libertad de leer los periódicos, de reunirse con los camaradas, ya que Daniel, ─habiendo comprendido los errores de su hermano idealista─ se volvió, lógicamente, comunista, estando en la cárcel.

Militó en el PCF, vendió entradas para la fiesta de L’Humanité, distribuyó prospectos de propaganda en las afueras de París para el PCE, fue muchos años a la fiesta de L’Humanité para vender sangrías y paellas, el Mundo Obrero, se encontró en una célula con Líster, con Carlos Serrano, el historiador, con Paquita Merchán; leyó apasionadamente los libros de Georges Soria, de Hugh Thomas, de Líster y de muchos más y, por fin, una fatídica jornada ‘de la fiesta’, salió precipitadamente del puesto del PCE donde los camaradas acababan de poner la bandera de Franco. Les dijo que ‘no podía quedarse bajo esa bandera porque la sangre de su hermano le caería encima’ pero le contestaron que podía marcharse si lo deseaba porque esa bandera iba a quedarse ahí.

El partido se dividió, algunos se fueron, a otros los excluyeron. Después llegó el Programa Común y Daniel volvió a vivir en París el sueño del Frente Popular, la esperanza. Pero, qué gran error, creérselo era ‘ser reformista’; entonces, con amargura, Daniel dejó el PCF en Drancy.

Después de estas desilusiones y de estas amarguras (‘sin rencor ni amargura’ ¿es posible para un republicano español?) hemos buscado a comunistas interesados por la historia de La Torre de Esteban Hambrán, para nosotros era lógico que les interesara. ¡Qué va! En absoluto, ni a unos ni a los otros, ni a los españoles, ni a los franceses, poco comercial o sin gancho tal vez. Pero lo peor es que tampoco les interesara a los socialistas, aunque los fusilados y víctimas del fascismo fueran allí en mayoría socialistas.

Felizmente, unos jóvenes realizadores parisinos, Henri Belin y Susana Arbizu[1] fueron entusiasmados por el viejo republicano español comunista. No mencionaron, es verdad, su ideología, lo que les hizo decirnos a unas comunistas al salir de la proyección del Magic Cinéma de Bobigny (donde ahora reside Daniel): ‘nosotras somos comunistas’, así como si Daniel no lo fuera.

Es cierto que lo importante actualmente en España, no es la abolición del dinero, ni de las diferencias de salario, ni la colectivización de los grandes medios de producción, ni la abolición de la explotación del ser humano por el ser humano, ideales de Daniel Serrano, no, lo que está ahora a la orden del día es, como en 1931, la República.

Es de la República de la que sigue soñando el comunista español internacionalista Daniel Serrano Recio, mi padre, quien cumple hoy los 94 años en Bobigny (afueras de Paris).

¡Feliz cumpleaños, querido Papa!

París a 3 enero de 2014

[1] El documental se titula No darse por vencido.